Roma, 24 de abril (Adnkronos) – «Leo parte de un documento importante para mí, escrito en Fiuggi con gran sinceridad y pasión, donde, sin reservas, afirmamos que el antifascismo fue el momento históricamente esencial para el retorno de los valores democráticos que el fascismo había pisoteado. Pero lo importante es que la sinceridad, la profundidad que debe unirnos al recordar esta fecha sea tal que sea un momento de unión y no de división».
Éste es probablemente el pasaje más importante del discurso con el que el presidente del Senado, Ignazio La Russa, inauguró la conmemoración del 80 aniversario de la Liberación.
Una intervención que, pese a la polémica con Italia Viva y el Partido Democrático por la decisión inicial del segundo máximo responsable del Estado de permanecer sentado, finalmente recibió el aplauso bipartidista de todos los grupos presentes en el hemiciclo.
«Cuando hablé por primera vez como presidente del Senado, precisamente desde esta posición, dije —recordó La Russa— que mi mayor ambición es ir aún más lejos, como intentó hacer el presidente Berlusconi en el famoso discurso de Onna; como intentó hacer el presidente Violante; en la dirección de un reconocimiento común de los valores que surgen de la derrota del fascismo y la liberación de la ocupación nazi, y que encuentran su máxima expresión en la Constitución».