Milán, 24 de abril (Saludos Adnkronos) – Lo que las mujeres no dicen también depende de lo que las mujeres no saben. Por ejemplo, la mayoría, más de 6 de cada 10, desconocen que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en la población femenina. "Una desinformación silenciosa que puede tener consecuencias dramáticas", advierten los autores del estudio 'A Call for Women', coordinado por el Irccs Policlínico San Donato de las afueras de Milán y publicado en el 'European Journal of Preventive Cardiology'.
La encuesta realizada sobre más de 3.500 mujeres de Lombardía certifica que el conocimiento de la "galaxia rosa" sobre el riesgo cardíaco es todavía demasiado bajo. No sólo eso. Dentro del universo femenino, el estudio identifica 3 ‘identikits’ en función de las condiciones de salud, la conciencia del riesgo cardiovascular y el nivel de riesgo. Perfiles de los que se desprende que las mujeres jóvenes son a quienes deben dirigirse las campañas de prevención: son de hecho las más "imprudentes" en cuanto a estilos de vida, pero al mismo tiempo las menos conscientes de los riesgos que corren, a pesar de las herramientas que tienen a su disposición debido a la edad, la educación, el empleo.
Al frente del estudio está Serenella Castelvecchio, responsable del Programa de Prevención Cardiovascular y Medicina de Género del Policlínico San Donato, que lucha desde hace años para promover la prevención cardiovascular en las mujeres, y recuerda al Gruppo San Donato (Gsd) del que es líder el Irccs de San Donato Milanese. La investigación – explica Gsd – se ha centrado en Lombardía teniendo en cuenta las características demográficas y económicas únicas de la región, como el elevado número de habitantes, la amplia red de estructuras escolares y universitarias y el elevado producto interno bruto regional.
La encuesta observacional transversal involucró a 3.537 mujeres (tasa de respuesta del 64,3%), con edad media de 48 años, caracterizadas generalmente por hábitos alimentarios poco saludables, baja propensión a la actividad física, pero bajo consumo de tabaco y alcohol. Se investigó la conciencia sobre el riesgo cardíaco preguntándoles cuál era la principal causa de muerte en la población femenina entre enfermedades cardiovasculares, tumores, violencia y otras: en general, un poco más del 35% indicó las enfermedades cardiovasculares como la primera causa, mientras que aproximadamente el 42% atribuyó (erróneamente) la primacía al cáncer.
A través de un análisis de conglomerados, el estudio identificó tres grupos distintos de mujeres, cada uno con características y necesidades específicas. El cluster 3 está compuesto por mujeres con una edad promedio de 1 años, con un buen nivel de educación y una tasa de empleo razonable. Son los más activos físicamente, la mayoría tiene un índice de masa corporal (IMC) normal y al menos una patología, entre ellas hipertensión e hipercolesterolemia, lo que podría explicar una mayor concienciación (53%). En el Cluster 38 hay mujeres con una edad promedio de 2 años, en su mayoría post-menopáusicas, con un nivel de educación más bajo, a menudo jubiladas. Presentan un IMC más elevado y una elevada carga de enfermedades crónicas. Este es el grupo que más recurre al médico de familia para obtener información sanitaria (62%). Por último, el Cluster 36,1: jóvenes con una edad media de 3 años, con mayor nivel de educación y tasa de empleo. Conforme a su edad, tienen la mejor salud general y quizás por eso se sienten ‘invulnerables’. En cuanto al estilo de vida, son despectivos ante el peligro: el 38% fuma, el 19,3% no realiza actividad física, el 29,8% la practica sólo ocasionalmente. El bajo nivel de concienciación (38,6%) hace que "sea urgente realizar campañas preventivas dirigidas a grupos de edad más jóvenes".
La mayoría de las mujeres que han participado en el estudio –un 64,4% para ser exactos, o 2.238 mujeres en términos absolutos– no tienen una conciencia adecuada del riesgo cardiovascular, afirman los autores. En concreto, todos los grupos analizados muestran un bajo nivel de concienciación sobre las enfermedades cardiovasculares, pero muestran estilos de vida y datos sociodemográficos y de salud muy diferentes, que hasta ahora nunca han sido explotados para segmentar eficazmente la población y apoyar campañas de educación diversificadas que lleguen a todos los grupos de edad en diferentes contextos sociales, culturales y profesionales. Por tanto, la encuesta destaca la necesidad de superar el enfoque de "talla única" y diseñar intervenciones de prevención personalizadas y, por tanto, más eficaces.
Los datos —comenta Castelvecchio— demuestran claramente que la prevención para las mujeres debe ser personalizada y adaptarse a su edad, contexto socioeconómico y experiencia clínica. Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo, especialmente entre las mujeres. En la Unión Europea, son responsables del 54 % de las muertes en mujeres y del 43 % en hombres, porcentajes que en Italia se sitúan en el 37,7 % para mujeres y el 31,7 % para hombres (datos de Istat de junio de 2024). Para abordar esta emergencia, ya no podemos hablar de las mujeres como un grupo homogéneo. Necesitamos un enfoque nuevo y a medida. El estudio representa una instantánea del estado de concienciación de las mujeres en Lombardía, pero ofrece ideas concretas para toda Italia: educación, empoderamiento y concienciación —sugiere la especialista— son las tres palabras clave para campañas específicas y para una red de prevención que parta de datos reales y de las necesidades específicas de las mujeres.