Milán, 13 de enero. (Adnkronos Health) – Mientras millones y millones de personas continúan el agotador viaje posterior a Navidad para perder los kilos ganados con el turrón y el panettone, los estudios sobre la grasa parda, la llamada grasa "buena", están llegando al frente científico. . ¿El objetivo final? Un equipo de científicos ha identificado una proteína clave para "quemar" grasas. Es decir, lo que se ha desvelado es un nuevo mecanismo por el que la grasa parda se convierte en calor. Según los autores del trabajo publicado en 'Nature Communications', la proteína 'MCJ' juega un papel crucial en este nuevo mecanismo de quema de grasas, lo que la convierte en "un objetivo prometedor para el tratamiento de la obesidad".
La investigación está liderada por las científicas Guadalupe Sabio, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas Cnio, y Cintia Folgueira, que trabaja en el Cnio y en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Cnic. La obesidad afecta a 650 millones de personas en todo el mundo, recuerdan los autores, influye en el desarrollo de enfermedades cardiometabólicas y aumenta el riesgo de cáncer. Por eso es una condición en la que se están centrando varios grupos de investigadores. Sabio y Folgueira descubrieron una de las formas en que el cuerpo quema la grasa parda. Este mecanismo, explican, protege contra la obesidad y las enfermedades metabólicas relacionadas. Está controlado por la proteína MCJ, presente en las mitocondrias (orgánulos de la célula donde se produce la energía). Sabio y Folgueira descubrieron que cuando se eliminaba la proteína MCJ de ratones obesos, producían más calor y perdían peso. Además, trasplantar grasa parda sin la proteína MCJ a los animales fue suficiente para reducir su peso.
La obesidad, analizan los autores del estudio, es el resultado de una ingesta excesiva de alimentos o de un gasto energético total inadecuado. "Ahora sabemos que el tejido adiposo, la grasa corporal, además de almacenar energía, juega un papel crucial en la gestión de esa energía por parte del cuerpo. El tejido adiposo es un órgano complejo que actúa como regulador del metabolismo de todo el cuerpo y, por lo tanto, modula su función. podría ser una forma de combatir la obesidad”, escriben los expertos en el estudio.
Hay dos tipos de tejido adiposo: blanco y marrón. La grasa blanca almacena principalmente energía, mientras que la grasa marrón (cuyas células tienen más mitocondrias y esto les da una tonalidad marrón) es la responsable de la generación de calor o termogénesis, el proceso que mantiene la temperatura corporal y que se desencadena ante el frío u otros estímulos. Varios estudios realizados durante la última década han demostrado que la activación de la grasa parda protege contra la obesidad y las enfermedades metabólicas. “Durante algún tiempo”, explica Sabio, “se pensó que la obesidad se podía prevenir haciendo que esta grasa gastara más energía generando calor, así que lo primero es entender cómo funciona. de los objetivos más interesantes en el estudio de la obesidad".
Durante mucho tiempo se pensó que la grasa parda utilizaba un único mecanismo para generar calor, pero ahora sabemos que ese no es el caso, afirman los científicos. Hay varios mecanismos involucrados. La investigación liderada por Sabio y Folgueira descubrió uno, controlado por la proteína mitocondrial MCJ. Los investigadores también observaron que "los animales sin CJD en la grasa parda están protegidos de los problemas de salud causados por la obesidad, como la diabetes o el aumento de los lípidos en sangre", explican los dos científicos, que creen que la proteína CJD puede ser una nueva diana terapéutica para corregir Enfermedades asociadas a la obesidad.
“Esta protección –explica la investigadora del Cnio Beatriz Cicuéndez, autora principal del artículo– se debe a la activación de una vía de señalización fundamental para adaptarse al estrés provocado por la obesidad. Conocida como vía catabólica, provoca un aumento en el consumo de grasas y azúcares. y proteínas para producir calor en la grasa parda. Es un mecanismo que también ocurre en personas con grasa parda muy activa". Actualmente se intenta desarrollar una terapia para bloquear esta proteína en pacientes obesos, pero para ello primero se debe investigar si esta proteína tiene funciones vitales en otros tejidos. Al mismo tiempo, concluye Sabio, "estamos intentando ver si estos cambios en la grasa influyen en el crecimiento tumoral o en la caquexia, o en la pérdida de músculo y grasa, que a veces también está relacionada con el cáncer".