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Un multitudinario desfile militar recorrerá Washington, D.C., mientras el presidente Donald Trump celebra su 79.º cumpleaños. El evento coincide con el 250.º aniversario del ejército estadounidense, pero no está exento de polémica, ya que se prevén protestas contra las políticas de Trump en más de 2.000 ciudades y pueblos.
La manifestación de la capital, prevista para el sábado, se añadió apresuradamente a una celebración ya planificada.
Los críticos protestan contra los exorbitantes costos, el momento oportuno y las evidentes connotaciones políticas. Sorprendentemente, no habrá una manifestación de "No Kings" en Washington para evitar confrontaciones directas.
Un contexto tenso y febril
El desfile se produce en medio de tensiones a nivel nacional. La semana anterior, Trump desplegó a los Marines para controlar las protestas en Los Ángeles contra la agresiva aplicación de la ley migratoria. También activó la Guardia Nacional de California sin la aprobación del gobernador, lo que provocó impugnaciones legales y acusaciones de abuso de poder federal.
El desfile comenzará en el Monumento a Lincoln, cruzando la Avenida Constitution, rodeado de vallas de seguridad y bajo la atenta mirada de personal armado. Se espera la presencia de más de 6.200 soldados, 128 vehículos militares, incluyendo los pesados tanques M1 Abrams, y 62 aeronaves. La velada culminará con un salto en paracaídas, un concierto de Lee Greenwood y fuegos artificiales.
El costo y las consecuencias
Trump recurrió a las redes sociales para anunciar que el desfile se llevaría a cabo "llueva o truene", ignorando las preocupaciones sobre las tormentas eléctricas previstas y las protestas generalizadas. El Servicio Meteorológico Nacional advirtió sobre posibles rayos, lo que podría causar retrasos. Las autoridades dijeron estar preparadas para evacuar el National Mall si fuera necesario.
A pesar de las garantías de la Casa Blanca, el evento ha generado críticas por su costo previsto de 45 millones de dólares y la preocupación por la militarización de la política nacional. Los críticos advierten que el uso de vehículos blindados pesados podría dañar la infraestructura, obligando al ejército a instalar placas de acero a lo largo de la ruta para proteger las carreteras.
Las opiniones de la población
Una encuesta reciente de Associated Press-NORC reveló que el 60 % de los estadounidenses cree que el desfile no es un buen uso de los fondos públicos. De los encuestados, el 78 % expresó su desaprobación del gasto, incluso si no tenían una opinión firme sobre el evento en sí.
Como preparación para el evento, se desplegaron quitanieves gigantes para bloquear el tráfico en la Avenida Pensilvania, transformando la calle en una zona peatonal con puestos de comida y souvenirs. El ambiente festivo incluyó competencias de fitness, exhibiciones de equipo militar y una ceremonia de corte de pastel.
Protestas y derechos civiles
Grupos de derechos civiles acusan al gobierno de Trump de usar recursos militares para intimidar y reprimir la disidencia. Los manifestantes que participan en las protestas se oponen a las políticas profundamente divisivas del presidente. El sitio web de los organizadores afirma que el gobierno ha "desafiado a nuestros tribunales, deportado a estadounidenses, desaparecido a personas en las calles, atacado nuestros derechos civiles y recortado nuestros servicios".
Desde su toma de posesión, el gobierno ha enviado inmigrantes a prisiones extranjeras, establecido cuotas de arrestos migratorios, ha enfrentado a los tribunales, ha recortado empleos públicos y ha propuesto recortes en los servicios sociales. Aunque no hay manifestaciones oficiales previstas en Washington, los organizadores de las manifestaciones "Sin Reyes" afirman que el desfile refleja la ambición y el ego personal de Trump, más que un auténtico homenaje a las fuerzas armadas.
Un evento a seguir
La portavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly, reiteró que el evento se llevará a cabo independientemente del clima o las críticas. Sin embargo, el riesgo de rayos podría provocar retrasos repentinos y evacuaciones masivas. El espectáculo militar se divide en segmentos históricos, con tropas y equipo que representan diferentes épocas de la historia militar estadounidense.
Se espera la asistencia de unas 200.000 personas al evento, que concluirá con la juramentación de Trump a 250 soldados nuevos o reenganchados, acompañada de una espectacular exhibición de paracaidismo a cargo de los Caballeros Dorados del Ejército. Si bien el Ejército afirma que el evento es una celebración de la herencia y el servicio, los críticos afirman que se acerca peligrosamente a un mitin político, con los soldados como simples figurantes.