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El barco de la Armada italiana, conocido como Libra, regresará al Mediterráneo central a principios de la próxima semana. Actualmente amarrado en Messina, el barco tiene la tarea de seguir los flujos migratorios y acoger a los inmigrantes que llegan a nuestro país. Esta intervención se inscribe en un contexto más amplio de gestión de los flujos migratorios, en el que Italia ha mantenido un diálogo constante con las autoridades albanesas.
Recepción y traslados en Albania.
El barco Libra no sólo supervisará las llegadas, sino que también será responsable de organizar los traslados de migrantes al punto crítico de Shengjin en Albania. Este protocolo, establecido con el gobierno de Tirana, prevé que los inmigrantes que entren en determinadas categorías puedan ser acogidos en centros de acogida situados en Albania. La decisión de ubicar estos centros en territorio albanés fue apoyada por varios líderes políticos italianos, que ven en esta elección una solución eficaz para gestionar la emergencia migratoria.
Opiniones políticas sobre la gestión de los migrantes
Las reacciones políticas a la decisión del gobierno italiano de utilizar Albania como centro de acogida han sido variadas. Paolo Barelli, presidente de los diputados de Forza Italia, expresó su apoyo afirmando que las opciones del gobierno son legítimas y necesarias. Sin embargo, no faltan las críticas, como la de Carlo Calenda, líder de Acción, que definió Albania como un "gigantesco desperdicio de recursos". Calenda destacó la necesidad de un control fronterizo estricto, pero cuestionó la eficacia de la solución actual, sugiriendo que es necesario encontrar alternativas más válidas y prácticas.