> > El caso de Elena Maraga: despido y libertad de elección

El caso de Elena Maraga: despido y libertad de elección

Elena Maraga habla sobre su despido y sus decisiones personales

Una profesora despedida por su perfil de OnlyFans: entre la justicia y la moral

El despido de Elena Maraga

Elena Maraga, una profesora de 29 años, fue noticia recientemente por su despido de una escuela privada católica en Varago di Maserada, en la provincia de Treviso. El motivo de su despido fue el descubrimiento de su perfil en OnlyFans, una plataforma de contenido para adultos.

En una entrevista con Il Messaggero, Maraga manifestó su intención de impugnar el despido, afirmando que aceptarlo equivaldría a sufrir una doble injusticia. “Quiero una compensación por haber sido puesta en la picota y por permitirle manchar mi nombre”, dijo, enfatizando su determinación de no dejar que esta situación pase desapercibida.

Las consecuencias del despido

La docente destacó cómo, tras la suspensión, no recibió ningún salario, encontrándose en una situación de dificultad económica. “Estoy en casa desde el 19 de marzo sin un centavo”, dijo, describiendo su condición como “vacaciones forzadas”. Maraga dejó claro que aceptar el despido supondría avalar una decisión que considera injusta y que no refleja la realidad de los hechos. “Sufrí una injusticia grave, no merecía que me echaran”, reiteró, expresando su frustración por la falta de comunicación del colegio.

El papel de la comunidad y las familias

La reacción de la comunidad escolar fue mixta. Al principio algunas madres se pusieron de su lado, pero a medida que pasó el tiempo, el apoyo disminuyó. Maraga señaló que algunos padres han decidido no inscribir a sus hijos en la escuela tras los recientes acontecimientos. La situación se complica aún más por el hecho de que la mujer sabe quién reveló su actividad de OnlyFans a la escuela: un padre de una de sus alumnas, quien, según ella, había compartido fotos de ella en un grupo de WhatsApp. “Por un problema de pareja, me castigan”, comentó, denunciando un moralismo hipócrita que contrasta con los valores que profesa la escuela.

Un futuro incierto pero lleno de posibilidades

Pese a la decepción de la experiencia, Maraga dijo que no quiere abandonar el mundo de la educación. “Me estoy tomando un descanso, estoy muy decepcionada”, dijo, pero también expresó su deseo de seguir trabajando en la industria. Con un título en el bolsillo y el deseo de convertirse en entrenadora personal, la joven profesora intenta reinventarse. “Después de todo, no he hecho nada ilegal”, concluyó, enfatizando su determinación de no dejar que esta experiencia negativa lo detenga.