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Decreto de seguridad: Mauri (PD), 'gobierno ciego, incluso la mayoría lo niega sobre el cáñamo'

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Roma, 29 de abril (Adnkronos) - El Gobierno sigue negando las pruebas, embarcado en una cruzada ideológica contra el cáñamo industrial que ya está causando enormes daños a todo un sector productivo. Las normas contenidas en el decreto de Seguridad son perversas y ahora son cuestionadas por...

Roma, 29 de abril (Adnkronos) – El Gobierno sigue negando las pruebas, embarcado en una cruzada ideológica contra el cáñamo industrial que ya está causando enormes daños a todo un sector productivo. Las normas contenidas en el decreto de Seguridad son perversas y ahora son cuestionadas por todos, incluso por los consejeros regionales de las fuerzas mayoritarias. Así lo afirmó Matteo Mauri, responsable de seguridad del Partido Demócrata, al comentar la nota de la Presidencia del Consejo sobre el decreto de Seguridad y la producción de cáñamo.

El Partido Demócrata y todas las fuerzas de la oposición llevan tiempo librando una batalla en el Parlamento para derogar o modificar profundamente el Artículo 18 del decreto, que prohíbe de hecho el cultivo de cáñamo. «No solo lo dice el Partido Demócrata —subraya Mauri—, sino que lo dicen por unanimidad todos los consejeros regionales, incluidos los de la mayoría. Esta norma pone en riesgo a un sector que, como ellos mismos señalan, en Italia cuenta con 3.000 empresas, 30.000 empleados, 500 millones de euros de facturación y el 90 % de las exportaciones. Y en lugar de corregir una medida injusta y perjudicial –continúa–, el Gobierno insiste en un conflicto estéril para salvar lo insalvable. ¡Es grotesco que la Presidencia del Consejo se apresure a publicar una nota para defenderse de la posición adoptada por las Regiones donde gobiernan y para justificar unas normas que están matando a todo el sector!».

Una muestra de nerviosismo y de conciencia del desastre, cuando aún habría tiempo para corregirlo. El Gobierno finge no verlo —concluye—, pero la realidad habla claro: la norma es errónea y contradice la legislación europea, y está hundiendo un sector próspero, sostenible y lleno de energía joven. Esta es la última oportunidad para evitar el desastre. El Gobierno debería dejar de hacer propaganda estúpida a costa de las empresas y los trabajadores y poner fin a este absurdo.