Temas tratados
Un duelo que ha afectado al mundo entero
La noticia del fallecimiento del Papa Francisco, ocurrido el lunes 21 de abril a las 7.35:XNUMX de la mañana a causa de un derrame cerebral, ha dejado una huella imborrable en el corazón de millones de fieles en todo el mundo. Su figura carismática y su compromiso con la paz y la justicia social lo convirtieron en un pontífice querido y respetado.
Su fallecimiento ha desatado una ola de dolor y conmemoraciones, que culminará con el solemne funeral que se celebrará el sábado 26 de abril a las 10 horas en la Basílica de San Pedro.
Una última despedida en la Basílica de San Pedro
La Basílica de San Pedro acogió el cuerpo del pontífice y permitió que miles de fieles le rindieran homenaje. Desde ayer por la mañana, más de 50.000 personas hicieron fila para el último adiós, incluida la primera ministra Giorgia Meloni. La fila, que se extendió por dos kilómetros, dio testimonio del cariño y la devoción del pueblo hacia el Papa Francisco. La basílica permaneció abierta más de 24 horas para permitir a todos participar en este momento de reflexión.
La seguridad y la afluencia de personalidades mundiales
El plan de seguridad preparado para el funeral es impresionante, considerando la llegada de jefes de Estado y de gobierno de todo el mundo. El comisario de policía de Roma, Roberto Massucci, destacó la importancia de garantizar la máxima seguridad durante el evento, en el que participarán cientos de miles de personas. La presencia de personalidades destacadas hace de este evento no sólo un momento de duelo, sino también una importante oportunidad de encuentro y diálogo entre diferentes culturas y religiones.
La reacción del mundo político
La muerte del Papa Francisco también ha provocado reacciones en la escena política internacional. En Perú, el Parlamento negó la solicitud de la presidenta Dina Boluarte de viajar al Vaticano para asistir al funeral. Este episodio pone de relieve las tensiones políticas internas y la complejidad de las relaciones entre los distintos poderes del Estado. La petición de Boluarte, vista como un gesto de respeto hacia el pontífice, fue rechazada por algunos parlamentarios que plantearon cuestiones de oportunidad y prioridad.