> > LOS TRISTES “CÓMICS” DE LAS ELECCIONES PROVINCIALES

LOS TRISTES “CÓMICS” DE LAS ELECCIONES PROVINCIALES

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Nos dijeron que las provincias serían abolidas, pero en cambio no han sido abolidas, sino sólo arruinadas, y las delegaciones importantes (como la lucha contra la caza furtiva, el control de la fauna salvaje, el mantenimiento de zanjas y carreteras provinciales) todavía están en el limbo.

Personalmente, como Vittorio Feltri, como federalista, siempre he considerado las Provincias más importantes que las Regiones, podríamos pensar en fusionarlas, no en eliminarlas. De hecho, a este respecto, muchos ni siquiera saben que se están celebrando "elecciones" para renovar las administraciones provinciales. Elecciones anómalas, dado que no fue el pueblo el que votó, en virtud de la reforma Delrio que desde 2014 reserva ese “privilegio” sólo a los concejales y alcaldes municipales. La distorsión en realidad está y está aquí: en prohibir a los ciudadanos elegir a sus propios representantes en las instituciones, en transformar la democracia de representación en un pequeño teatro en el que siempre y sólo las mismas personas cantan y actúan entre sí. Siempre y solo con nuestro dinero.

La única novedad radica en la creciente falta de pudor dado que, incluso después de un importante pronunciamiento popular que rechazó sobre el fondo una reforma constitucional autoritaria e impopular, los políticos siguen impávidos en proponer sus esquemas de poder, despreocupadamente y con impunidad.

Así pues, las provincias, que permanecieron en la Constitución italiana en el art. 114 como órganos de primer nivel a la par de las Regiones y Municipios, estarán sujetos a elecciones de “segundo nivel”, excluyentes del pueblo y por tanto, a mi juicio, inconstitucionales.

Creo que, incluso en el caso de instituciones provinciales residuales y debilitadas, donde existen elecciones y representación territorial, éstas deben ser necesariamente una expresión directa de la voluntad popular. Se llama democracia. PERSONALMENTE CREO QUE LAS ELECCIONES PROVINCIALES CON POLÍTICOS VOTANDO POR SÍ MISMOS SON UNA FARCIA. Y LOS ANÁLISIS SON INÚTILES SI EL PUEBLO DEMÓCRATA NO VUELVE A VOTAR. Personalmente repudio esta votación, las Provincias debieron ser abolidas, pero no fue así, como Ciudadanos no podemos aceptar esta farsa de políticos votando por otros. Que el voto vuelva al Pueblo Soberano, esto como se dice no es Democracia. Nadie ganó, perdió el Pueblo, volvamos a la soberanía popular. Volvemos al voto directo para las Provincias, que quedó en suspenso entre la reforma que pretendía abolirlo, y ahora ha acabado por ponerlo de nuevo en pie, aunque sea cojo y no sea representativo. La legalidad constitucional debe restablecerse mediante la elección directa por sufragio universal del presidente y los concejales de la Provincia. Los políticos están hablando ahora mismo del “sexo” de los ángeles. Así que todo tiene que volver a ser como antes.

La ley vigente establece que no son los ciudadanos quienes votan sino los alcaldes y concejales del territorio, quienes además son los únicos que pueden presentarse como candidatos. Un mecanismo de "segundo nivel" que, según las intenciones de la reforma querida en 2014 por el gobierno Renzi, debía acompañar a las Provincias hasta su desaparición prevista por la reforma constitucional. Un sistema provisional, que sin embargo confirmó una vez más que en Italia nada es estable salvo lo provisorio. Nos encontramos ante otra cifra ridícula de políticos italianos.

Pero es solo un parche. Persiste el problema de un sistema electoral que no da voz a los votantes. Que el Parlamento intervenga inmediatamente. Por dignidad, todos los funcionarios electos actuales deberían suspenderse y luchar por el regreso a elecciones democráticas. Cómico dentro de lo cómico, si no fuera porque resultaría aleccionador. Y tampoco muy lógico, quizá precisamente porque fue concebido como temporal: el mandato del presidente, por ejemplo, dura cuatro años; la del consejo provincial, elegida por los concejales municipales, sólo dos.

Volvamos a la votación popular.