Roma, 13 de octubre – (Adnkronos) – Más de la mitad de los jóvenes italianos pasan más de tres horas al día en línea, uno de cada dos usa inteligencia artificial para hacer las tareas escolares sin comprender sus riesgos y limitaciones, y casi una cuarta parte ha conocido a desconocidos en línea. Estos son los hallazgos más alarmantes de la encuesta de Moige-Istituto Piepoli a 1.546 estudiantes de secundaria y preparatoria de entre 11 y 18 años, realizada a mediados de 2025. Esta instantánea revela cómo la generación digital navega por aguas cada vez más profundas y peligrosas, a menudo sin brújula ni salvavidas.
La iniciativa forma parte del proyecto social "Generaciones Educativas", promovido por MOIGE (Movimiento de Padres Italianos) y apoyado por Enel Cuore, la organización sin ánimo de lucro del Grupo Enel, en colaboración con la Policía Estatal Italiana, ANCI, Google, Correos Italiano y con la contribución del Fondo Benéfico, Social y Cultural Intesa Sanpaolo para la iniciativa "Abuelo Haz Clic Aquí". El objetivo del proyecto es educar y empoderar a los jóvenes sobre el uso seguro y responsable de la tecnología digital y la inteligencia artificial, promoviendo un diálogo intergeneracional que ayude a niños y adultos a comprender los riesgos y las oportunidades del mundo conectado.
Más de la mitad de los jóvenes (55%) pasan al menos tres horas diarias en línea fuera del horario escolar, y el 14% pasa más de cinco horas diarias. Los teléfonos inteligentes dominan como el principal dispositivo de conexión (93%), seguidos de cerca por las computadoras portátiles y las tabletas. Estos datos confirman que la vida digital se ha convertido en un componente estructural de la vida diaria de los jóvenes, más que una actividad ocasional. El tiempo prolongado en línea genera problemas: el 43% de los jóvenes recibe advertencias frecuentes de sus familias por el uso excesivo de dispositivos, mientras que solo el 22% logra mantenerse alejado de las herramientas digitales sin experimentar ansiedad. Estos datos revelan una relación intensa y a menudo problemática con la tecnología, que requiere una mayor atención educativa.
Las redes sociales son la principal plataforma de redes sociales para los jóvenes: el 94% de la muestra las usa regularmente. WhatsApp domina con un 87% de uso, seguido de TikTok (58%), Instagram (57%) y YouTube (55%). El 64% dice ser muy o bastante activo en las redes sociales, mientras que el 63% siempre o a menudo usa su identidad real. El porcentaje de quienes administran su propio canal o cuenta para publicar videos es del 17%, lo que indica que una minoría produce contenido activamente, mientras que la mayoría sigue siendo usuaria. Las relaciones virtuales son predominantemente complementarias a las del mundo real: un 91% dice tener más amigos en el mundo real que en línea, pero la gestión de su identidad digital y la exposición de su contenido siguen siendo cuestiones críticas que deben monitorearse.
Las relaciones con desconocidos en línea revelan vulnerabilidades significativas: el 30 % acepta solicitudes de amistad de personas que no conoce y el 23 % ha conocido a alguien que solo conoció en línea, alcanzando un máximo del 31 % entre los jóvenes de 15 a 17 años. El intercambio de datos sensibles sigue siendo limitado (solo el 5 % proporciona información privada con regularidad), pero la presencia de comportamientos de riesgo, aunque minoritarios, es alarmante. El sexting, la pornografía vengativa y compartir contenido personal siguen siendo fenómenos marginales, pero los riesgos asociados con la falta de concienciación e interacción con desconocidos requieren intervenciones específicas. La capacidad de discernir información fiable aún no está muy extendida: solo el 35 % considera fiable lo que lee en línea, mientras que el 52 % siempre verifica las noticias antes de creerlas. A pesar de ello, el 48 % de los jóvenes ha sido víctima de noticias falsas al menos ocasionalmente, una cifra que pone de relieve la urgente necesidad de desarrollar habilidades de alfabetización digital. Las principales fuentes de información siguen siendo la familia y los adultos (34 %), la televisión (25 %) y la web/redes sociales (23 %). Solo el 5% utiliza internet de forma exclusiva, mientras que el 70% declara tener capacidad para reconocer deepfakes, lo que pone de relieve la necesidad de una formación más estructurada.
El ciberacoso afecta directamente a una parte significativa de los jóvenes: el 7% declara haber sido víctima y el 16% ha presenciado incidentes. En general, casi una cuarta parte de los jóvenes se ha visto involucrada directa o indirectamente en violencia en línea. Los comportamientos inapropiados más comunes incluyen la exclusión de grupos, los chismes, los insultos y la incitación al odio: el 29% ha experimentado o presenciado estos incidentes, y un 36% adicional los reporta ocasionalmente. Solo el 12% interviene para defender a la víctima, el 5% denuncia el incidente a un adulto, mientras que el 7% no hace nada. Si bien el 73% de los jóvenes conoce las consecuencias legales, la gestión práctica de estos incidentes sigue siendo crucial. La protección de la privacidad es incompleta: solo el 47% discute regularmente la configuración de privacidad con adultos, y solo el 47% ha activado filtros para limitar el contenido inapropiado. El 49% de los jóvenes cree que las redes sociales no protegen adecuadamente los datos de los niños, mientras que solo el 10% expresa confianza en las medidas adoptadas por las plataformas. La gestión de la seguridad digital sigue siendo, pues, un auténtico reto que requiere intervenciones específicas por parte de las familias, las escuelas y las instituciones.
La inteligencia artificial se ha convertido en una parte importante de la vida de los jóvenes: el 51% la usa regularmente, alcanzando un máximo del 71% entre los estudiantes de secundaria. En cuanto al estudio, el 29% la usa siempre o con frecuencia para las tareas escolares, un porcentaje que asciende al 54% entre los jóvenes de 15 a 17 años. Sin embargo, solo el 21% ha recibido una formación adecuada sobre los riesgos y las oportunidades de la IA, mientras que el 33% ha recibido información incorrecta sobre las herramientas. Esta brecha educativa expone a los jóvenes a un uso superficial y potencialmente arriesgado de la IA, lo que subraya la urgente necesidad de programas educativos específicos. El papel educativo de las familias es claramente problemático: el 45% de los padres imponen normas sobre el uso de los dispositivos, pero esta supervisión disminuye a medida que sus hijos crecen. Solo el 16% de los jóvenes considera útiles cursos específicos sobre seguridad digital, mientras que el 56% cita el diálogo con adultos de confianza y las normas compartidas como las herramientas de protección más eficaces. En la escuela, solo el 21% recibe información detallada sobre los riesgos de la IA, lo que pone de relieve la necesidad de una alianza educativa más sólida entre familias, escuelas e instituciones.
Español Los oradores en el evento, coordinado por Antonio Affinita, cofundador y director general de MOIGE, incluyeron a: Livio Gigliuto, presidente ejecutivo del Instituto Piepoli; Maurizio Gasparri, senador, presidente del grupo Forza Italia; Nunzia Ciardi, subdirectora general de la Agencia Nacional de Ciberseguridad; Ivano Gabrielli, director del Servicio de Policía Postal y Ciberseguridad; Elena Bonetti, parlamentaria, presidenta de la Comisión de Investigación sobre los Efectos Económicos y Sociales de la Transición Demográfica; Lavinia Mennuni, senadora, comisión parlamentaria para la infancia y la adolescencia; Sandra Cioffi, presidenta del Consejo Nacional de Usuarios – CNU Agcom; Veronica Nicotra, secretaria general de la Asociación Nacional de Municipios Italianos (ANCI); Fabrizio Iaccarino, jefe de asuntos institucionales de Enel y miembro del consejo de administración de Enel Cuore; Diego Ciulli, jefe de asuntos gubernamentales y políticas públicas de Google Italia; Andreana Esposito, jefa de desarrollo sostenible de Poste Italiane; y Angélica Massera, creadora de contenido y portavoz de la iniciativa. También se reconoció a una delegación de 45 jóvenes embajadores que se destacaron por su compromiso durante el último curso escolar. Provenían de las siguientes instituciones educativas: IC Plinio il Vecchio en Cisterna di Latina (Latina), el Instituto Pirelli de Roma y el Instituto Integral Via NM Nicolai de Roma.
Los menores pasan cada vez más tiempo en línea, en un contexto donde la visibilidad, los seguidores y las interacciones digitales parecen convertirse en la medida de su valor personal. En nombre de esta popularidad, a menudo bajan la guardia, asumiendo riesgos que pueden comprometer su seguridad y privacidad. Los datos revelan una presencia digital cada vez más intensa —declaró Affinita—, con un uso creciente de la inteligencia artificial, incluso con fines educativos, pero sin una verdadera conciencia de los riesgos y oportunidades que conlleva. Se necesita un compromiso compartido de padres, instituciones y profesionales de la tecnología para guiar a los niños en un camino de educación digital que vaya más allá de imponer restricciones, sino que les ayude a comprender, elegir y utilizar las herramientas del futuro de forma responsable. Según la senadora Lavinia Mennuni, de la Comisión Parlamentaria de Infancia y Adolescencia, «proteger a los jóvenes de los riesgos de internet es un tema sobre el que me complace ver una mayor concienciación entre todos los organismos educativos, escuelas, familias y los propios adolescentes. Es evidente, incluso en el contexto europeo, que ha llegado el momento de regular este fenómeno para garantizar la mayor protección posible a nuestros jóvenes».
Sandra Cioffi, presidenta del Consejo Nacional de Usuarios (CNU), intervino a continuación. Declaró: «Como Consejo Nacional de Usuarios, hemos reiterado varias prioridades concretas: la necesidad de herramientas de control parental sencillas y habilitadas por defecto; sistemas de verificación de edad verdaderamente eficaces y respetuosos con la privacidad; y normas claras para influencers y niños influencers, que protejan a los menores de la sobreexposición y la explotación financiera. También se necesitan programas de educación digital eficaces, no solo para menores, diferenciados por grupo de edad, sino también para familias y educadores. Estos son problemas que afectan la vida cotidiana de los jóvenes y las familias y requieren un compromiso compartido, no solo interinstitucional. Para proteger a los menores durante este difícil período de transición, no existen recetas mágicas, pero se necesita una cooperación estable: las escuelas deben educar en la ciudadanía digital; las familias tienen la tarea de apoyar y dialogar; las plataformas deben asumir responsabilidades concretas; las instituciones deben garantizar normas y supervisión. Solo juntos podemos construir una internet más segura, más solidaria y más inclusiva». Finalmente, concluyó: «Un mensaje a los jóvenes: estar conectados no basta para ser ciudadanos digitales». Queremos que sean participantes activos, capaces de crear contenido positivo, utilizando la tecnología no solo para consumir, sino también para construir cultura y comunidad. En este camino, la inteligencia artificial puede ser un aliado valioso si se utiliza con consciencia y espíritu crítico.
La ANCI confirma su compromiso con la lucha contra el acoso y el ciberacoso apoyando incondicionalmente la campaña de Moige. La colaboración entre la ANCI y MOIGE, consolidada desde 2017 mediante un memorando de entendimiento —declaró Verónica Nicotra, Secretaria General de la ANCI—, tiene como objetivo promover campañas de sensibilización e información a nivel nacional para niñas y niños víctimas de acoso y ciberacoso. Los municipios desempeñan un papel importante, junto con las escuelas, en la prevención y la lucha contra un fenómeno que, lamentablemente, según los datos de la última encuesta presentada hoy por MOIGE, es motivo de gran preocupación. En los últimos ocho años, la iniciativa de MOIGE ha involucrado a 400 municipios, que han apoyado diversas actividades locales, y a 2.059 escuelas de la zona. Se necesita una movilización colectiva, una responsabilidad compartida entre instituciones, escuelas, familias y ciudadanía para proteger los derechos de la infancia, la seguridad de nuestras niñas y niños, y la promoción de una cultura de respeto por la sana convivencia ciudadana. Por lo tanto, nos comprometemos a seguir apoyando la campaña de MOIGE contra... “bullying y ciberbullying”. bullying y ciberbullying, como socio institucional”.
Según Giovanna Paladino, directora del Museo del Ahorro de Turín, «el Fondo Benéfico decidió apoyar el proyecto «Abuelo, Haz Clic Aquí», que fomenta la transferencia de conocimientos informáticos entre nietos y abuelos, porque no solo es un puente digital, sino también humano. Fortalece los vínculos emocionales, enriquece la experiencia y estimula la curiosidad mutua. Apoyar estas iniciativas significa invertir en la inclusión, el diálogo intergeneracional y la ciudadanía digital para todos. Es una forma concreta de apoyar la construcción de una sociedad más conectada, consciente y solidaria».
Fabrizio Iaccarino, Director de Asuntos Institucionales de Enel Italia y Director de Enel Cuore, afirmó: «El aumento de la conectividad y los desafíos de la inteligencia artificial deben ir acompañados de un crecimiento igualmente fundamental de la conciencia digital: esto aplica a todos, pero aún más a los jóvenes, quienes pueden transformar estos desafíos en oportunidades. Enel Cuore se une a Moige y a todas aquellas iniciativas que se centran en el cuidado de los jóvenes y su serenidad, para salvaguardar tanto su bienestar psicológico y físico individual como la autenticidad de sus relaciones con los demás. En una época de rápidos cambios, en la que la identidad digital y el intercambio en línea ofrecen nuevas vías de interacción, pero también nuevos riesgos, siendo el ciberacoso uno de los más graves, es esencial que las instituciones, las familias y la sociedad trabajen juntas para concienciar y fomentar el pensamiento crítico sobre un mundo interconectado que, para vivir con serenidad, primero debe comprenderse plenamente».
Según Diego Ciulli, director de Políticas Públicas de Google Italia, «Para los niños y niñas italianos, las plataformas de vídeo como YouTube forman parte de su vida cotidiana: las usan a diario para aprender, divertirse y mantenerse informados. Los datos nos lo indican: según un estudio reciente de Livity, en Italia el 74 % de los niños de entre 13 y 18 años ven vídeos en YouTube para aprender algo nuevo para la escuela; el 71 % para aprender algo nuevo por diversión o fuera de la escuela, y el 84 % del profesorado afirma haber utilizado el contenido de YouTube como parte de su aprendizaje escolar. Privar a los jóvenes de estas oportunidades para aprender y cultivar su creatividad sería un grave error. Sin embargo, es fundamental que los adolescentes y preadolescentes, especialmente los más vulnerables, no se queden solos en línea. YouTube ofrece a las familias entornos digitales protegidos, adaptados a las necesidades de los menores, y proporciona a los padres herramientas potentes para decidir qué pueden y no pueden ver sus hijos y establecer límites de tiempo de navegación. Las herramientas ya existen, ahora nos toca a nosotros —plataformas, asociaciones y, sobre todo, instituciones— explicar su importancia». es usarlos y cómo hacerlo”. hacerlo lo mejor posible”.
Y Angélica Massera, creadora de contenido, afirmó: «Vivimos en una era donde las redes sociales se han convertido en nuestro diario, nuestro escaparate, nuestro megáfono. Son herramientas poderosas que nos permiten expresarnos, crear y conectar. Pero como cualquier cosa poderosa... deben usarse conscientemente. Las redes sociales nos dan la ilusión de estar siempre 'en contacto', pero no siempre estamos realmente conectados. Nos muestran vidas perfectas, cuerpos perfectos, días perfectos. Pero recordemos: son escaparates, no espejos. Y lo que vemos no siempre es toda la verdad. Un 'me gusta' no define nuestro valor. Un seguidor no mide nuestro talento. Y, sobre todo, nunca debemos permitir que una pantalla decida quiénes somos ni cuánto valemos. Usa las redes sociales para expresarte de verdad, para compartir ideas, emociones, proyectos. Para seguir a quienes te inspiran y enriquecen. Pero siempre mantén viva una pregunta: '¿Lo que veo, publico o comento... es bueno para mí?'». Y sobre todo, presta atención a la diferencia entre uso y abuso. Sé protagonista, no espectador. Sé auténtico, no perfecto. Y recuerda: tu valor no reside en un perfil, sino en quién eres... incluso con el teléfono apagado.