Roma, 22 de abril (Saludos a los Adnkronos) – Para las mujeres jóvenes, el riesgo de muerte después de un diagnóstico de cáncer ha disminuido en los últimos 15 años. La mortalidad por cáncer disminuyó más de un 20% en el grupo de edad de 20 a 49 años entre 2006 y 2021. En 2024, se estimó que aproximadamente 2 millones de mujeres vivirían después de un diagnóstico de cáncer, la mitad de las cuales tendrían una tasa de supervivencia de más de 10 años, una cifra indicativa de la eficacia de las terapias disponibles.
Son algunos datos del Instituto Superiore di Sanità con motivo del Día Nacional de la Salud de la Mujer, que se celebra hoy.
El Departamento de Oncología y Medicina Molecular del ISS, dirigido por Mauro Biffoni, destaca, de hecho, que en oncología en las últimas décadas se ha producido un aumento progresivo de la supervivencia en muchos tipos de tumores malignos, fruto de la introducción de nuevas terapias y del diagnóstico en estadios más precoces que han afectado tanto a hombres como a mujeres. Las tasas de supervivencia observadas permiten estimar que la esperanza de recuperación, es decir, de tener una vida de igual duración que la de las mujeres no enfermas, es del 73% tras un diagnóstico de cáncer de mama, del 69% para el cáncer de útero, del 58% para el cáncer de cuello uterino y del 32% para el cáncer de ovario. En los últimos años se han introducido terapias farmacológicas seleccionadas para subpoblaciones específicas de pacientes que prometen producir mejoras adicionales en el tratamiento de formas avanzadas de cáncer, cuyos resultados se verán en los próximos años.
Con motivo del Día Nacional dedicado a la Salud de la Mujer, el Centro de Referencia de Ciencias del Comportamiento y Salud Mental del ISS recuerda que cada vez hay más evidencias que muestran cómo la salud mental de las mujeres está influenciada por factores biológicos, pero también por determinantes socioculturales como los estereotipos y roles de género, la discriminación, la violencia, el acoso, la conciliación de la vida laboral y personal y las condiciones socioeconómicas. Comprender y abordar estas dimensiones es esencial para construir vías de atención verdaderamente eficaces y equitativas. El bienestar psicológico de las mujeres, recuerdan los expertos del ISS, es un pilar para la salud pública y el desarrollo social. Intervenir sobre los determinantes de la salud mental de las mujeres, en todas las etapas de la vida, significa invertir en el futuro de la sociedad en su conjunto.