Roma, 15 de mayo – (Adnkronos) – «Introducir dos días al mes con un menú vegano en los comedores escolares de Roma equivale a retirar 150 coches de la circulación cada año en términos de impacto ambiental y emisiones de CO2. O, si queremos usar temas más cercanos a los romanos de hoy, significa reducir las emisiones de CO2, equivalentes a las emitidas para la organización de 310 torneos internacionales de tenis».
Así lo afirmó durante los dos días de los Estados Generales de Compras Verdes que se están celebrando en Roma Fabio Ciconte, presidente del Consejo Alimentario de Roma, organismo consultivo y de elaboración de políticas en materia alimentaria de la capital.
En su intervención durante el panel «La restauración escolar que promueve la transición ecológica y justa de los sistemas alimentarios locales en Europa», Ciconte habló de la iniciativa, impulsada por el Consejo de Alimentación y ya activa en las escuelas, que prevé el suministro de una comida vegetal al mes y de cómo los comedores escolares pueden ser el motor de una transición ecológica justa.
Si una medida tan sencilla puede contribuir de forma tan significativa a la reducción de emisiones, ¿por qué no fortalecerla y convertirla en un elemento estructural del cambio? Los comedores escolares —continuó Ciconte— son espacios estratégicos para implementar políticas públicas eficaces: es aquí donde podemos educar sobre una alimentación saludable y responsable, acompañando las medidas para reducir el consumo de carne, y por ende la reducción de CO2, con cursos de formación y sensibilización. El menú escolar, que consumen a diario aproximadamente 150.000 niños en Roma, suele ser la única comida equilibrada en una jornada dominada por alimentos ultraprocesados, más económicos y de más fácil acceso. Por lo tanto, el menú escolar —concluyó Ciconte— no debe considerarse un servicio accesorio, sino una verdadera protección pública de la salud, la equidad y el futuro.