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Neurólogo: «La migraña se puede prevenir, pero es necesario un cambio de mentalidad»

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Helsinki, 23 de junio (Adnkronos Salute) - "La migraña se puede prevenir, pero requiere un cambio de mentalidad: todos pensamos en tomar medicamentos cuando tenemos el síntoma, el dolor, pero para la migraña es necesario otro enfoque, también porque la ingesta excesiva...

Helsinki, 23 de junio (Adnkronos Salute) – «La migraña se puede prevenir, pero requiere un cambio de mentalidad: todos pensamos en tomar fármacos cuando tenemos el síntoma, el dolor, pero en el caso de la migraña se necesita otro enfoque, también porque el consumo excesivo de analgésicos empeora el cuadro clínico». Así comenta Patricia Pozo-Rosich, Jefa de Sección del Servicio de Neurología, Directora de la Unidad Clínica de Cefaleas y Dolor Craneofacial y del Centro de Cerebro Adaptativo de la Migraña del Hospital Universitario Vall d'Hebron de Barcelona, ​​a Adnkronos Salute los resultados del estudio Resolution, presentados hoy en Helsinki en el XI Congreso de la Academia Europea de Neurología (EAN), que destacan la eficacia de una intervención educativa y el uso de eptinezumab en pacientes con migraña crónica y cefalea por abuso de medicación (Moh).

La migraña, a diferencia de la diabetes o la hipertensión —observa Pozo-Rosich—, no se conoce ni se considera en su complejidad; sin embargo, es una enfermedad con un fuerte impacto en la salud pública. Por eso, la educación sobre la salud cerebral debe comenzar desde la secundaria. Debemos trabajar en la prevención, ya que con 3 días de migraña al mes aumenta la ansiedad de que pueda reaparecer, y con 15 días de migraña al mes se produce depresión —señala—. La migraña afecta a más de mil millones de personas en el mundo y comienza a manifestarse en la adolescencia, incluso en niños. Existe un componente hormonal, pero lo importante es que si el ataque agudo no se trata adecuadamente, la patología empeora gradualmente, y de 1 a 3 días de síntomas pasa a 4 o más días al mes, desencadenando una serie de otros trastornos como depresión, ansiedad, obesidad, trastornos del sueño, además de aumentar el riesgo cardiovascular, el dolor crónico y trastornos respiratorios como el asma. Todo esto sin considerar el impacto en la calidad de vida, el trabajo o los proyectos familiares.

En España, "estamos intentando implementar programas en las escuelas", explica la experta. "Se habla mucho de educación afectiva, pero deberíamos reforzar la educación para la salud y, en particular, la educación sobre el cerebro, porque el cerebro es lo que somos. El riesgo de padecer esta enfermedad no es bajo: 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 10 hombres, prácticamente en cada clase de secundaria, hay entre 4 y 5 niñas y 2 o 3 niños que desarrollarán migrañas. Por eso", señala, "necesitamos educar a los niños sobre la salud cerebral y un poco sobre el manejo del dolor, lo que significa cuidarse y comprender que saber cómo manejarse hoy te permite ser libre mañana".

"Luego, cuando se tienen 20 o 30 años —continúa Pozo-Rosich—, las migrañas pueden manifestarse de forma significativa. Entonces se necesita educación específica sobre cómo afrontarlas, porque no es intuitivo. No es natural. Y a los 40 años, las migrañas alcanzan su punto álgido de discapacidad y afectan mucho más a las mujeres. En ese momento, además de la educación, se pueden añadir intervenciones como la psicoterapia. Porque es difícil aceptar tener una enfermedad crónica. No la deseas. Siempre parece que puedes manejarla sola, pero no es así. Y aceptarla requiere apoyo profesional, incluido el apoyo psicológico. Finalmente, también se necesita concienciación, es decir, educación de la población. Sueño con el día en que ya no tenga que explicar qué son las migrañas. Nadie —señala la experta— explica qué es la diabetes: todo el mundo sabe que tiene que ver con la glucemia, la insulina, la nutrición y el ejercicio. Incluso con la hipertensión. Pero con las migrañas, todo tiene que explicarse cada vez, porque es complejo, pero también porque no hay suficiente... "información pública".

Pozo-Rosich no duda en cuanto a las señales de alerta que hay que tener en cuenta. "Deben escuchar a sus hijos", recomienda. "Esta es una enfermedad muy hereditaria. Si usted, como padre, tiene migrañas y su hijo se queja de dolores de cabeza, probablemente no lo esté imitando ni burlándose. Mi recomendación es llevarlo a un buen médico. Hay niños con migrañas desde los 2, 4, 6 o 7 años. Pero, en general, el mayor aumento de incidencia se produce entre los 12 y los 14 años. Estos son los años en los que el cerebro se desarrolla más: cualquier estímulo, positivo o negativo, tiene un gran impacto en su desarrollo. Si no comemos, por ejemplo, no mielinizamos bien el sistema nervioso. Las migrañas también pueden influir negativamente en su desarrollo si se descuidan. Y esto puede predisponer a la cronicidad".

Por supuesto, también debería haber una mayor participación de los pediatras y médicos de cabecera, quienes «a menudo son los primeros en decir que no es nada» —señala la experta—. En España, estamos intentando crear un consenso entre médicos de cabecera y especialistas sobre la trayectoria del paciente. La buena noticia es que hay más concienciación que hace 25 años. Pero hay un problema: no existe un biomarcador y el sistema no incentiva el diagnóstico. En España, por ejemplo, se incentiva a los médicos de cabecera a medir el colesterol y la glucemia, para la hipertensión y la diabetes respectivamente; para las migrañas no tenemos un marcador que medir, pero las cefaleas suponen la mitad del coste de todas las enfermedades neurológicas: en Europa es la patología con mayor impacto económico. Debemos invertir en investigación —concluye—, pero también en la formación de la ciudadanía, empezando por los más jóvenes».