Roma, 15 de enero. (Adnkronos) – “Necesitamos pasar de la teoría a la práctica, porque todos nosotros, como consumidores, debemos darnos cuenta no solo de que es importante volverse más sostenibles, sino que volverse más sostenibles de forma perezosa y fácil no es el camino correcto”.
Estas son las palabras de Guendalina Graffigna, profesora titular de Psicología del Consumidor y de la Salud de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Piacenza con motivo de la presentación del proyecto "Nutrición sostenible y lucha contra el despilfarro" lanzado por Cittadinanzattiva en colaboración con el Centro de EngageMInds HUB Research de la Universidad Católica y el apoyo incondicional de la Unión Italiana de Aceite de Palma Sostenible.
“Ser sostenible significa cuestionar nuestras elecciones de consumo, incluida la cantidad de lo que consumimos, cómo gestionamos los residuos de lo que consumimos y dónde compramos nuestros productos. Por eso es necesario un esfuerzo para informarnos, en primer lugar, un esfuerzo para educarnos sobre los nuevos estilos de consumo de alimentos y, por tanto, para cambiar nuestros hábitos", continúa Graffigna.
Precisamente en esta dirección va el proyecto "Nutrición Sostenible y Lucha contra el Desperdicio", para concienciar a la gente sobre sus actividades de consumo. “Muchas veces no somos del todo conscientes de cuál es nuestro impacto ambiental con nuestras elecciones de consumo. Ahí es exactamente donde acecha el posible error. Estamos hablando de un consumo de alimentos que es mayoritariamente habitual, tomamos nuestras decisiones de forma casi automática o en base a experiencias pasadas. Empezar a poner la lupa en nuestra vida diaria -por qué elegimos un producto y no otro, y qué podríamos hacer como alternativa- es un primer paso", añade. Por tanto, la sostenibilidad no puede ser algo simple, sino que es necesario un cambio cultural en el consumo de alimentos, según Graffigna: "Esperamos poder activar, en primer lugar, una participación desde abajo, una mayor implicación, no sólo de los consumidores sino también de todos los actores de la cadena de suministro, por tanto de producción y distribución, para que la sostenibilidad no sea sólo una etiqueta fascinante", concluye.