Roma, 25 de marzo (Saludo Adnkronos) – «En los últimos años, la genética ha venido en nuestra ayuda. Mediante pruebas genéticas, hemos conseguido identificar, aunque no curar, una buena parte de las epilepsias raras y complejas». Lo afirma hoy en Roma Laura Tassi, expresidenta de la Liga Italiana contra la Epilepsia (Piojos), en el encuentro 'Más allá de la epilepsia: los desafíos de las epilepsias raras y complejas', con expertos, instituciones y representantes de familias afectadas por epilepsias raras.
Existe lo que se denomina la "generación perdida", es decir, pacientes adultos con retraso cognitivo, trastornos neurológicos y trastornos multiorgánicos, a quienes intentamos ofrecer una terapia que cure los síntomas, pero no la patología en sí. Esto significa que pediatras y especialistas en adultos deben colaborar para ayudar tanto a pacientes pediátricos como adultos. Si no contamos con una descripción clínica precisa y oportuna de cada síndrome —subraya Tassi—, no podremos volver a ayudar correctamente a nuestros pacientes.